9.21.2016

MANKA MUCHIK






Cléver es un chico joven, quizás arañe los veinte, sin embargo ya suma años de experiencia en la atención del Salón. Es el prototipo del peruano diligente, amable, curioso y con la camiseta del restaurante bien puesta. No ha estudiando para el puesto, quien lo capacita a él y al puñado de chicos que lo acompaña es Mónica Arriola, dueña y promotora del Manka Muchik.



Mónica también es el prototipo del pequeño empresario nacional: entusiasta, empeñosa, persistente y con una fina percepción de su mercado lo que le permite adaptarse a circunstancias adversas. Dos años demoró el municipio en darle luz verde. Mónica veía desfallecer su pequeño capital pero insistió. Se había fogueado previamente en negocios similares de discotecas y karaokes por lo que confiaba en su instinto y en su capacidad de resiliencia.

Hace tres meses abrió Manka Muchik (que significa ‘olla mochica’), un restaurante de cocina norteña tradicional de raciones contundentes pero con la elegancia que presta el mantel blanco, las copas y la hilera de cubiertos.

La cocina corre a cargo de Gerardo y José, un chiclayano y otro limeño que garantizan la sazón de origen. Mónica da el visto bueno con la convicción que le da su memoria palatal.


Algunos productos llegan diariamente desde el Norte: el loche, el culantro, la guitarra, los ajíes y la chicha. Con ellos prepara sus platos estrella: el chinguirito, el pepián de garbanzos con pavita, el cabrito, el arroz con pato, el sudado y los cebiches. Se permite algunas licencias, pocas, como la causa ferreñafana que la sirve sobre una cama de tacu tacu, la papa a la huancaína que llega amasada, moldeada y tamizada bajo una crema de ajíes triturados al batán o la papa rellena con magret de pato.

Su tortilla de raya es agradable, trabajada a fuego medio y con técnica apropiada que evita que se seque. Llega con salsa criolla, canchita tostada, yuca y camote (del que deberían prescindir). El seco de cabrito con frejoles es delicado, cremoso, con el discreto dulzor de la chicha y un punto de color del achiote.

Se arriesgaron a crear un sour de mamey y otro de tamarindo de los que salen bien parados. Con estos ingredientes también preparan sus postres: un quesillo con miel de tamarindo y una compota de mamey. Por ahora solo atienden almuerzos, los domingos ponen un show en vivo y karaoke, como para recordar los inicios.

Manka Muchik: Av. Primavera 1462, segundo piso, Monterrico, Surco. Tel: 2702596. Horario de atención: lunes a domingo de 12.30 a 4 p.m. Precio promedio por plato: S/ 45 soles. Aforo: 120 personas. Estacionamiento propio. Aceptan todas las tarjetas de crédito.




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