11.15.2012

PASEO POR FOZ DE IGUAZU




Es una ciudad con poco más de 300 mil habitantes convertida en el segundo destino turístico del Brasil gracias a sus tres atracciones principales: las cataratas (una de las siete maravillas del mundo moderno), la enorme represa hidroeléctrica de Itaipú (que Brasil comparte con Paraguay merced a un convenio firmado en 1974) y el Parque de las aves, el vivero más grande del mundo, según los brasileros, que reúne a un millar de aves de diversas partes del mundo y con las que el visitante puede interactuar, aunque con cierta precaución.

Hace doscientos mil años una enorme falla geológica en el cauce del río Paraná originó que la desembocadura (se le dice “foz” en portugués) del río diera paso a esta maravilla de la naturaleza, bien explotada por argentinos y brasileños que le ganaron la mano a los paraguayos (“iguazú” significa “agua grande” en guaraní) merced a disputas limítrofes y cuchipandas políticas.

En Foz do Iguazú, como en el resto del país, abundan las “churrascarías”, es decir, locales donde ofrecen diferentes cortes de carne que se comen asadas o ahumadas y se acompañan de arroz, frejol, ensaladas, plátanos y salsas en base a mandioca. Otra modalidad muy usada y popular son los bufet al peso, donde el coste del plato es directamente proporcional a la cantidad servida. La oferta es muy variada e incluye carnes, pescados, arroces, pastas, sopas y verduras. Probar el pan de queijo a cualquier hora del día es casi una obligación.

Los restaurantes japoneses son numerosos y concurridos, ya que Brasil tiene la mayor inmigración de América Latina. Un ejemplo es el Miyako, local clásico, pequeño y pulcro donde no hay música (¡gracias a la providencia!) pero sí pescado fresco para sushi (temaki), sashimi, tepanyaki y otros platos de la cocina tradicional nipona.

La industria vitivinícola en plena expansión se sitúa en Río Grande do Soul, en la llamada Sierra Gaucha que hace frontera con Uruguay. En esa zona se congregan las principales bodegas (Miolo, Casa Valduga y Salton) que producen tintos pero sobre todo estupendos espumantes que vale la pena descubrir.

Sin embargo lo que realmente me llamó la atención en esta pequeña ciudad es la cantidad increíble de cervezas producidas artesanalmente con sabores y aromas que van desde nueces de cajú hasta caramelo pasando por flores blancas y cítricos. De hecho, la corriente gastronómica más fuerte en el lugar se inclina por el maridaje con cervezas antes de hacerlo con vinos. Para mayor información visite el blog http://vareakorocho.blogspot.com/

Ficha Técnica. Restaurante Miyako: Rua Parigot de Souza 258. Jardim da Cerveja: Avenida Jorge Schimmelpfeng 700, Foz de Iguazú

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