11.29.2007

LAS VIÑAS DEL SEÑOR


Joan Manuel Serrat estuvo en Lima. Vino a presentar su vino y a presentarse con Joaquín Sabina en un divertido show bautizado "Dos pájaros de un tiro" con el que están dando la vuelta a Sudamérica. Tuve la suerte de entrevistarlo para la revista CARETAS. Aquí la nota.

Gracias a las pronunciadas entradas, las arrugas y las canas a Joan Manuel Serrat se le ve mejor el alma de niño travieso que ha cultivado con esmero durante más de seis intensas décadas.
Más reposado que no tranquilo, ahora puede dedicarse a otra de sus pasiones: el vino. Canciones y vino, he ahí un maridaje perfecto que enriquece el espíritu y hace que todos los días parezcan grandes días.
¿Qué hace Joan Manuel Serrat metido entre cepas, vides y barricas?
“Es algo que vengo preguntándome hace diez años, porque hoy tengo que afrontar todas las complicaciones que conlleva una empresa de este tipo. Pero me gusta, me complementa. Me gusta la vid porque es una planta muy agradecida y hermosa. Y me gusta la bodega porque es refugio de fantasías que se van concretando conforme uno consigue un mejor vino”.
Son cuatro los vinos de las bodegas de Serrat que circulan por el mundo. Un blanco, Closmaría, y tres tintos: Gotia, Perinet y Perinet Plus, este último, un sólido y laureado representante de las tierras del Priorato. Cuerpo, aroma y sabor difieren de los vinos del Nuevo Mundo. Las cepas empleadas son garnacha, cariñena, syrah, merlot y cabernet sauvignon. En el blanco, garnacha blanca, moscato y chenín.
¿Por qué una zona como el Priorato de antigua tradición vitivinícola tiene perfil bajo con relación a los Rioja y Ribera del Duero?
“Por una simple operación matemática. La producción de todo el Priorato ronda los cinco millones de botellas anuales. Eso es lo que produce una sola bodega en la zona de Rioja. Nosotros tenemos poca tierra pero hemos creado un microclima estupendo gracias a un sistema de sembrío en terrazas. El riego es por goteo luego de recircular el agua. Eso permite hacer vinos con gran personalidad, elegantes, fáciles de beber”.
Hace varios meses que los Perinet están en Sudámerica, por qué recién llegan al Perú?
“Porque necesitábamos de alguien que creyera en el proyecto. No se trata de cantidad. Nuestro producto es limitado y debe tratarse con cariño. No crea, no es fácil”.
¿A quién le dirías por qué no te callas?
A nadie. Bueno, se lo diría a alguien si es que me interrumpe o no me deja hablar, pero si no nada”, dice políticamente correcto.
Dice también que la curiosidad y la ilusión lo llevaron a sembrar parras, que empezó a beber vino desde chico, cuando su padre lo enviaba a las bodegas a comprar un cuartillo y él bebía unos cuantos sorbos antes de llegar a casa. “Siempre me cobraba el impuesto revolucionario”, anota con picardía.
Esa bonhomía, humor y simpatía de la que hace gala en el escenario forma parte de su vida pública. El concierto “Dos pájaros de un tiro” que presentó junto con Joaquín Sabina el pasado miércoles, fue una explosión de música y carcajadas que mantuvieron al respetable en estado de trance. El repertorio más conocido de ambos cantautores, con una impecable puesta en escena y un guión desenfadado que hacía continuos guiños a la situación social y política del país, lograron un clima mágico y distendido. Grandes de verdad.

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